El bienestar tiene que ver con todo lo que dejamandar de la mano.os entrar a nuestras vidas, mediante los sentidos: cuando comemos, escuchamos, vemos, el aire que respiramos y lo que tocamos.
Si bien es importante recordar que también tiene que ver con todo lo que sale de nosotros mismos. ¿Qué sale de nosotros para los demás? y ¿Cómo sale?.
A los 60, 70, 80 y más no los alcanzamos en un abrir y cerrar de ojos, día a día estamos ante esa oportunidad. Ahora mismo podemos respondernos como quiero vivir la vejez, desprendida del lugar platónico sino desde lo más real y concreto posible.
Hoy tenemos la oportunidad de decidir cómo queremos vivir los últimos cinco, diez, veinte años de vida. Reconocemos que un camino de miles de pasos simplemente comienza con uno solo, por lo tanto, desde este preciso momento es nuestra elección ese “qué y cómo” hacer para envejecer con bienestar.
En este ir y venir, al estar en contacto con nosotros mismos y quienes nos rodean, podemos tratar de encontrar el equilibrio, que genera una sensación de estabilidad y confianza permitiendo cierta calidad de vida.
Ahora tenemos la oportunidad y libertad de elegir como construir lo que sigue, lo que incorporo y lo que descarto. Sabiendo que es lo que suma y lo que resta, aquí es donde comenzamos a marcar la diferencia.
Te propongo que a medida que envejecemos, encontremos en cada día, lo que estamos haciendo por y para uno mismo.
Reconociendo que, si bien el organismo va cambiando, algún deterioro surgirá para que también tratemos con atención y cariño, los sentimientos no sufren deterioro. Con ésto te quiero decir que las emociones y sentimientos no se caen, no se arrugan, no pierden firmeza.
Es posible que no pueda hablar en nombre de todas las personas mayores, así mismo sé que juntos podemos ser conscientes de nuestras acciones para con todas las personas, ya que la vejez es una construcción social.
Luciana Villagra desde Con Vos/z Mayor