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El martes 13 de diciembre se realizó la cirugía de separación de las gemelas siamesas que habían nacido hace cuatro meses en la Maternidad Provincial.
Se trató de un procedimiento quirúrgico complejo, del cual participaron en forma directa más de 30 profesionales, e indirectamente, todo el equipo de ambos hospitales.
La intervención, que contó con una cirugía de separación y otra de reconstrucción individual, se realizó sin inconvenientes mayores.
Ahora comienza un pos-operatorio delicado y con pronóstico reservado para ambas bebés, aunque con el optimismo del equipo quirúrgico.
La gemelas nacieron en agosto en la maternidad de barrio San Vicente, con 34 semanas de gestación, unidas a través de un quiste a nivel abdominal y que compartían hígado e intestino delgado.
Aproximadamente a los tres meses de edad, cuando lograron estabilizarse y aumentar de peso, fueron trasladadas al Hospital de Niños. Los equipos de ambas instituciones participaron en la planificación de todo el proceso hasta llegar a esta intervención.
Si bien la experiencia mundial indica que la separación se recomienda entre los 6 meses y el año, y con los o las bebés creciendo en sus hogares; en este caso -luego de numerosas reuniones y un análisis minucioso de las alternativas por parte de un equipo interdisciplinario- se decidió realizarla con cuatro meses de edad. Esto tiene que ver principalmente con que las bebés no podían alimentarse debido a una oclusión intestinal.
La intervención comenzó el 13 de diciembre a las 9.20, luego de casi tres horas de preparación previa. Participaron dos equipos de anestesiología y un equipo de cirujanos, instrumentadores y enfermeros, que luego de la separación inicial, se dividieron en dos, para proseguir con las cirugías de reconstrucción individual de cada beba.
Los equipos se complementaron con la presencia de especialistas en terapia intensiva; cirugía vascular, cardiovascular y plástica; diagnóstico por imágenes; hemoterapia y bioquímica. Ambas cirugías concluyeron alrededor de las 14 y las gemelas pudieron ser trasladadas a terapia intensiva, esta vez, cada una en sus respectivas camas.
“Lo más difícil de esta experiencia fue la organización de los equipos. Hubo mucha gente involucrada, que tiene que estar compenetrada en su tarea y estamos muy conformes ya que pudimos llegar a la cirugía el día 13 de diciembre. Se realizó la separación que fue exitosa, pudimos separar el intestino y el hígado que era lo que compartían. Y hoy están a tres días de su cirugía cursando un pos-operatorio en estado reservado, con mucho soporte de drogas y ventilatorio, pero estables”, precisó Enrique Romero, Jefe del Departamento quirúrgico del Hospital de Niños.