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En la actualidad cada vez más se registra como se convirtió en moneda corriente las mil y una formas de expresión, gracias a la expansión de nuestra capacidad humana de comunicarnos mediante el habla. Aunque lo que es materia de análisis y reflexión son los mecanismos que se eligen para dirigirnos a otro con cierta liviandad, agresividad y desde un lugar autoimpuesto como portador de verdad.
Si como sujetos de derechos compartimos territorio, cultura, lengua y orden social, que transformador sería poder recurrir a una común unidad. Que distinto sería si optáramos por generar la oportunidad del encuentro con ese otro que considero diferente, donde ahí sí puedo conocer a la persona, su situación y realidad que está transitando. De la que, con tanta habilidad, suposiciones e hipótesis sale juzgar de forma abierta hasta el estado público.
¿A qué tipo de cambio apuntamos como sociedad? Si cada vez más el mercado cambiario de la palabra, lo que más demanda son los recursos que garanticen disminuir, desvalorizar y desacreditar al otro.
Por supuesto que sí somos libres de expresar nuestras ideas, conceptos y opiniones. Estaría bueno de antemano apelar a nuestra propia responsabilidad, de tomar precaución y ser prudentes para evitar promover ideas y conductas que no contribuyan a la civilización deseada para ese mundo ideal al que eventualmente solemos añorar.
Sumergidos en esa propuesta de navegación superficial corremos el riesgo de desviarnos del camino que conduce a alcanzar esa nación unida, solidaria y proactiva para el bien común. Retomar el camino de nuestro lado humano nos mostrará que es mejor contribuir antes que restar, separar o desvalorizar. Con una actitud empática y sensible ante la vida del otro es que integraremos la diversidad del contexto social.
Descubrir y tomar conocimiento que tiempo atrás también circulaba ese destrato en la sociedad e incluso puertas adentro del núcleo familiar, y hoy también en el uso de las redes sociales. Permite comprender que depende del rol que habitemos es que serán nuestros actos, los que se pondrán de manifiesto el entramado social.
A partir de hoy, mañana o cuando se decida podemos acudir a que nuestras expresiones sean respetuosas, que con su libre circulación marcaran de forma distintiva el gran aporte social.
Luciana Villagra
Columnista de “Palabras en común” y “Con Voz/s Mayor”
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