
Sobre calle Pellegrini, una cuadra al este de la Terminal de Morteros, se emplaza la tradicional panadería de la familia Godino.
Con la bicicleta como único vehículo de movilidad, Titi Godino transporta la mercadería: “esta bici va a ir a parar al Museo”, comenta.

A los 10 años, Titi ya se vinculó con el rubro panadero cuando iba de su tío Oreste: “mi viejo murió muy joven y quedé con mi vieja, ahí empezamos”.
Camperi y Leguizamón eran empleados de su papá y lo acompañaron: “eran gente sana y uno trabajaba tranquilo”, recuerda.
Godino se levanta alrededor de las 3:30 y anda “todo el día”, incluyendo dos horitas de siesta.
En la actualidad, Godino hace pan y facturas, entre otras cosas. No obstante, remarca: “estoy solo, porque tener gente no se puede más, por las cargas sociales y todo eso”.

Sus hijos y su “compañera” lo ayudan. Con su esposa Graciela, hace desde el 84 que están casados y la siguen “remando”.
En octubre, Godino cumplirá 65 años y recuerda que “antes era muy diferente”.
Además de tener panadería, Godino cocina para particulares: desde lechones y costillares hasta pollos.

