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La pirotecnia ruidosa, los escapes libres y bocinazos afectan sustancialmente a los que tienen hipersensibilidad, humanos y animales.
El testimonio de familiares de jóvenes autistas nos permite entender, como los festejos de algunos, impacta negativamente en otros.
Mariano Gonzalez, papá de Lucas cuenta que cada 24 o 31 de diciembre al llegar a la hora que se intensifica el lanzamiento de pirotecnia, la estrategia es “bloquear el sonido exterior y concentrarse en algo agradable”, de esa manera Lucas .
Lucas tiene 15 años, tiene el apoyo de sus pares adolescentes, escuela y de diferentes ámbitos.
Su padre plantea “al ser sensible a los ruidos le genera una molestia muy grande, un dolor. Nosotros, cercano a la medianoche, vamos a una habitación con auriculares, música o video, algo que le guste y evitar esos sonidos, NO SOLO LA PIROTECNIA, sino la TORMENTA, ESCAPES LIBRES DE LAS MOTOS, MANIFESTACIONES o FESTEJOS de victorias“.
“Apelo a la gente, a la BUENA VOLUNTAD, que por desinformación lo hace. Gracias a campañas existentes ya se visibiliza la problemática, MÁS LUCES, MENOS RUIDOS.” Por añadidura Mariano exhorta a la comunidad para que el pedido alcance a otros grandes afectados “los peluditos o mascotas”. Está claro que si algo genera sufrimiento, no es saludable.
Las grandes cruzadas comienzan de gestos simples e individuales, sustentada en la empatía y solidaridad. “En el día a día, hay situaciones que generan ruptura de la armonía, haciendo consientes nuestras acciones, permitiremos que la vida FLUYA con SALUD”.
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