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Casi en el límite con la provincia de Santa Fe, entre Beiro y Bossi está ubicado el campo que no solo recibió agua bendita para sus tierras, sino las secuelas de la actividad eléctrica.
La fotografía, que puede causar sensibilidad, fue enviada por un oyente de AM 1530, para respaldar documentalmente la mortandad que causó de cuatro vacas, alcanzadas por un rayo.