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El local comercial se ubica sobre calle Perón y, al cierre de la semana anterior, del lugar habían sustraído una máquina de cortar fiambre, un televisor, cámaras de seguridad (una sin instalar), una aspiradora, comidas y bebidas.
Al local habían ingresado forzando una ventana (foto).
Tras dar aviso a la Policía y denunciar, “decidí hablar gente para buscar mis cosas: yo las necesitaba y era imposible volverlas a comprar”, explicó Macarena Gudiño en AM 1530.
Los elementos “los recuperé yo, pero sí los entregué a la Policía, porque me pareció que era lo que tenía que hacer”.
Cabe agregar que dichos elementos aún no los tiene en su poder, ya que tiene que presentar boletas o testigos que certifiquen su propiedad.
Los delincuentes intentaron vender lo robado a través de la red social Telegram: “da la casualidad que se los ofrecieron a una clienta de la rotisería”.
Con esos datos, los damnificados se llegaron hasta una vivienda y allí recuperaron la máquina de cortar fiambre y el televisor. “Pagué por información, porque me iban dando nombres”, destacó.
Una cámara de seguridad y la aspiradora pudo recuperarlas en el interior de una casa abandonada. Queda por recuperar “una cámara que tenía instalada, que es la que tenía la memoria con lo filmado”.
“Ojalá me llamen y me digan que vaya a buscar las cosas”, anheló, y remarcó que ahora tiene “una máquina, porque una familia me la prestó, pero quiero mis cosas”.
El “informante” de la comerciante “dijo que él no entró a mi comercio, que solamente le dieron las cosas para ofrecerlas; los que entraron son supuestamente menores de edad”, apuntó la damnificada.
En cuanto al “informante”, un joven que antes trabajaba en la rotisería, “yo pude hablar con la mamá, porque la conozco”. Es un chico “muy guapo, nos ayudaba en la cocina, es inteligente, con ganas de superarse, pero debe ser que eso (consumo de estupefacientes) le gana”.
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