“Que se haga costumbre”

Una gran proporción de personas invocamos a que tanto hombres como mujeres puedan expresarse, evoquen todos los sentidos para apreciar y exteriorizar lo que se va experimentando en el transcurso de la vida.

Siendo la comunicación tan saludable y benéfico para todos, también podemos comprender que además nos expresaremos con los signos naturales del paso del tiempo.

En todo momento estamos comunicando, hasta en el más secreto de los atajos estéticos, emocionales y de espacios físicos, estarás emitiendo tu mensaje al exterior.

Desde el hogar, pasando por el ámbito educativo, hasta en la calle, está explícito e implícito lo importante que es cultivar buenas acciones y modos, siendo responsables y cautelosos. Porque como se dice, dejamos huellas, seguiremos dejando mensajes, algún dato, contenido, lección de vida hasta costumbres que perpetuaran en el andar de otras personas.

Algunas generaciones alcanzamos a conocer como los mayores de antes, con la impronta de su pureza corporal y aspecto modesto, también transmitían un mensaje con solo la mirada, y uno ya sabía cuál era el significado.

Lejos de decir que todo tiempo pasado fue mejor, rescato y pongo en valor muchos hábitos que se están extinguiendo.

Es estupendo estar en honda y sintonía al son de las tendencias que marcan las masas, allí puede encontrarse algún ser querido o integrante de la familia, por lo cual es necesario interesarse por comprender y desarrollar nuevas estrategias para convivir.

Entonces empezamos a notar como vamos incorporando un sinfín de modismos, palabras y códigos que surgen de las nuevas generaciones.

También rescato y pongo en valor aquellas buenas costumbres que tenía cada familia, que vayas donde vayas, estés con quien estés, siempre quedabas bien porque sencillamente prevalecía la cordialidad. Aún tenemos que comprender que la humanidad es heterogénea, para aceptar la diversidad que existe y vendrá.

Cada uno desde su lugar elije tanto los hábitos, modos y palabras que comunican y acompañan su estilo de vida. Cuan admirable y digno de copiar es cuando esa trilogía ayuda a aceptar que vamos sumando años, asumir que vamos cambiando en todos los aspectos y saber que podemos actuar de la mejor forma posible por nosotros mismos y por los demás.

Levantar la mirada para contemplar lo que nos rodea y ser conscientes que habitamos el proceso de vida, puede ser una buena costumbre.

Por Luciana Villagra

Columnista en “Con Voz/s Mayor” y “Palabras en común”