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La problemática del intervencionismo del hombre en el ecosistema, revalida el conflicto generado en el Nordelta con los carpinchos (roedores) cuyo hábitat fue degradado por complejos urbanísticos, sin la mínima evaluación del impacto ambiental.
En la mañana de AM 1530 citamos al biólogo y especialista en control de fauna silvestre, a cargo de la ONG “Eco de América, Adelmar Funk”, que dejó su abordaje.
“Hay un ecosistema y si la presencia del hombre lo daña, no hay tanto que analizar, la alteración está” comentó.
Detalló algunos predadores que es probable, además de los naturales como el puma, yaguareté o yacaré, también haya estado el hombre que lo cazaba, por lo cual la proliferación del carpincho es libre y aumenta.
En el análisis, se refirió a la conducta humana “primero fue aceptado porque era simpático, gracioso tenerlo cerca de las casas y ahora se IMPRONTAN, es decir cambiaron su conducta, se acercaron a los humanos.”
Por lo que la sugerencia del especialista es romper la relación del vecino con la especie “debemos elaborar una estrategia realizada, generar barreras de contención, la instalación de boyeros eléctricos, bloquear las canales de acceso al lugar, guiándolos hacia otros lugares que puedan colonizar”.
Concluyó el deseo es “que el problema que el hombre generó, lo resolvamos de la mano de la naturaleza y no agrediéndola” .
Educar para conocer,
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Porque nadie ama lo que no conoce,
ni protege lo que no ama.
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